Entraron al restaurante y ambos hicieron sus
pedidos, luego de minutos sus platos estaban listos y ellos almorzando
animadamente, Pedro quería distraer
Paula para que no piense en lo de su familia, y su idea estaba
funcionando.
Paula: Pepe cuando me vas a llevar a tu casa? –dijo
como si nada-
Pedro: eh? –dijo sorprendido-
Paula: si, bah, a la casa de tus papás.
Pedro: eh, no se –dijo dudoso-
Paula: nunca me presentaste Pedro –dijo un poco
enojada, recordando ese pequeño detalle-
Pedro: es que estamos a full con el ballet,
simplemente no se me cruzo por la cabeza amor –dijo sonando convincente para
que su novia retomara la calma-
Paula: seguro? O no me querés presentar? –pregunto
aún un poco enojada-
Pedro: como no voy a querer –hizo una pausa y se
quedo pensando- terminamos de comer y volvamos para donde dejamos el auto.
Paula: vamos a volver? –dijo desilusionada, ya
con mal humor-
Pedro: a tu casa no.
Paula: ok –respondió cortante y siguió
almorzando-
Terminaron
de almorzar y ambos partieron de nuevo para donde se encontraba el auto de
Pedro, iban separados, Pedro podía notar que el humor de su novia había
cambiado con el tema de la presentación a sus padres y que el se lo tome a la
deriva, la abrazo para descontracturar un poco, pero esta siguió caminando, no
se corrió pero tampoco lo abrazo.
Llegaron al auto, Pedro abrió la puerta, Paula subió y este arranco,
ambos en silencio, Pedro miraba de re-ojo a Paula y esta iba pensando o mejor
dicho haciéndose la cabeza del porque su novio no la presentaba aun ante su
familia.
Segundos y varios minutos pasaron hasta que Pedro freno el auto, Paula
lo miro pidiendo explicaciones y este prosiguió a hablar.
Pedro:
aquella –señala- es la casa de mis papas –sonríe y Paula también-
Paula:
-haciéndose la desentendida- y que hacemos acá?
Pedro:
vengo a presentar a mi novia, a la mas linda –sonríe-
Paula:
si? –pregunta tierna-
Pedro:
claro que si –se acerca a ella, le agarra de la nuca y le da un beso- pero
antes…
Paula:
qué?
Pedro:
-agarra una caja envuelta de la parte trasera del auto- tu regalo –vuelve a sonreír-
Paula:
-lo agarra- no hacía falta mi amor –sonríe-
Pedro:
si, claro que si, dale, abrí.
Paula:
bueno –acomoda la caja y comienza a abrirla, adentro había un libro, y
pareciera leerle la mente, era el libro que ella quería desde hace tiempo-
muero –dijo sonriendo- El cuaderno de Noah –sonrió feliz-
Pedro:
acerté? –pregunta dudoso-
Paula:
mas que eso –esta vez ella lo agarra a el para besarlo por un largo tiempo- te
amo, gracias mi amor.
Pedro:
yo mas, un placer –sonríe- vamos?
Paula:
-guarda el libro de nuevo y lo mira- no hace falta.
Pedro:
arrugaste? –ríe-
Paula:
si, bah no se –el reía- no te rías.
Pedro:
ves que sos eh, ahora vamos, báncatela.
Paula:
pero vinimos sin avisar ni nada, no, no volvamos a mi casa Pedro.
Pedro:
-baja del auto, va hasta el lado ella y abre la muerta- no te preocupes mis
viejos reciben a todos a la hora que sea.
Paula:
seguro?
Pedro:
muy.
Paula:
bueno, pero un rato.
Pedro:
dale.
Paula
baja, le toma de la mano, y caminan hasta la casa de los padres de Pedro.
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ayyy que lindo,seguí subiendo!!!
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