Capítulo 84.

Se levantan del césped, y van hasta donde había dejado la manta y sus cosas debajo de aquel enorme árbol.

Paula: y ahora?

Pedro: que?

Paula: que hacemos?

Pedro: mmm, no se, merendaste vos?

Paula: no.

Pedro: bueno, queres comer algo?

Paula: depende de que trajiste.

Pedro: mates y facturas.

Paula: mmm, esa bien, pero solo por hoy eh.

Pedro: no te cansas del yogurt con cereal?

Paula: no, a mi me encanta y es saludable.

Pedro: igual unos permitidos no te hacen mal.

Paula: no, dale, traemos las cosas?

Pedro: dale, acompañame.

Paula: a cococho.

Pedro: subite.

Paula se sube encima de la espalda de Pedro, enreda sus piernas y así van hasta el auto, cuando llegan se bajan, agarran el mate y las facturas y vuelven a donde se encontraban anteriormente.

Pedro: dulce de leche o crema?

Paula: dulce de leche.

Pedro: toma, decí que traje mas de dulce de leche, son mis preferidas.

Paula: las mías también –probando un bocado-

Pedro: ricas?

Paula: -terminando de masticar- mas que ricas –y ambos ríen-

Pedro: en menos de una semana es tu cumple gorda.

Paula: si, diecinueve años ya, wow –dice graciosa-

Pedro: voy a ser un bebé al lado tuyo –Paula carcajea-

Paula: un mes nada más te paso.

Pedro: y.. ya es mucho –dice gracioso-

Paula: tonto.

Pedro: tuyo.

Paula: claro.

Pedro: y que vamos a hacer ese día?

Paula: no se, no tengo ganas de ningún festejo.

Pedro: como no? Porque?

Paula: porque es el primero sin mi familia –dice triste-

Pedro: pero pensa que tal vez ellos puedan venir.

Paula: lo dudo, quedaron tristes y enojados conmigo por venirme a vivir acá.

Pedro: tristes seguro, sos su hija, pero enojados? No creo amor.

Paula: yo si, es como que los abandone.

Pedro: no digas eso, estan tus hermanos, entre ellos se cuidan los cuatro.

Paula: si, no se –dudosa- los extraño –dice apenada-

Pedro: veni –la abraza- estoy seguro que pronto los vas a ver, tranquila.

Paula: ojala, te amo –dice y lo mira-

Pedro: yo mas –le da un beso en la frente, deja de abrazarla y le sonríe- arriba señorita, nada de ponerse triste, vinimos a disfrutar de este hermoso lugar.

Paula: tenes razón, terminemos de con con las facturas para ver que idea absurda se nos ocurre para hacer.

Pedro: buena idea.

Terminan con las facturas y el mate, guardan todo, y Pedro va a buscar algo que tenía guardado en el auto, lo trae, y era uno de esos árboles chicos con raíz, para plantarlos y que luego crezcan, Paula lo mira confundida y el sonríe.

Pedro: vení –dice y le toma la mano, ella lo sigue-

Paula: y eso?

Pedro: vamos a plantarlo.

Llegan hasta donde había un pozo un tanto profundo, Paula sigue mirando atenta, Pedro se arrodilla, y le indica a ella que también lo haga, Pedro pone el árbol de raíz en aquel hueco del pozo, y la mira a Paula.

Pedro: tenes algo que para vos signifique importante, algo que te haga acordar a nosotros?

Paula: eh?

Pedro: solo decime.

Paula: si, por?

Pedro: lo tenes acá?

Paula: si gordo, deja de hacerte el misterioso y decime.

Pedro: que es? Me lo das? Así lo ponemos acá, con el árbol, así crece durante el tiempo como el.

Paula: sos un tierno tontito –lo besa y se quita una pulsera que tenía siempre- me la puse el día que me pediste ser tu novia y desde ahí no me la saco mas-

Pedro: genial –la agarra y el se saca el anillo que tenía- esto lo tenía cuando fuimos a la cabaña por segunda vez, te acordas?

Paula: como olvidar eso –sonríe como tonta-

Pedro pone ambas cosas al costado del árbol, y termina de colocar la arena para taparlo bien, Paula mira atenta ya parada, el termina y se para junto a ella.

Paula: de donde me saliste? Nunca creí tener un novio tan tierno.

Pedro: solo con vos me sale ser así de cursi–la agarra de la cintura y ella de la nuca-

Paula: no es cursi, es tierno, sos un tierno –dice y lo besa-

Pedro: mmm, ponele que te creo –la vuelve a besar-

Paula: tonto, te amo.

Pedro: yo mas –se abrazan-

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