domingo, 7 de abril de 2013

Capítulo 101.


Una semana y media después de año nuevo, ellos en el aeropuerto, esperando su turno para abordar el avión que los llevaría al comienzo de sus vacaciones. Solos entre la multitud, luego de haberse despedido de sus familias. A lo lejos escucharon que llamaban a los pasajeros de su vuelo.
Horas en aquel avión, gran parte del tiempo Paula dormía y Pedro velaba su sueño, ya que él no podía, y cuando no, hacia cosquillas o besaba a Pedro, según ella para hacer más entretenido el viaje. Y al fin habían llegado, ella quedo fascinada desde al momento en que piso el hotel, el también. Habían llegado de noche, y cansados, entonces decidieron pedir la cena en la habitación y luego dormir, así al día siguiente comenzar con energías suficientes para recorrer todos los lugares turísticos posibles.
Así lo hicieron, esa noche durmieron temprano, y al día siguiente, luego de un rico desayuno en la cama, salieron a comenzar su día de la mejor manera.
***

Esta era su última noche en Cancún, ya que al día siguiente, temprano regresarían a Buenos Aires. Pasaron dos semanas de vacaciones juntos y solos, disfrutando más que nunca, de todas las atracciones turísticas, de su amor, de la playa, de todo. Y les quedaban solo una semana más en Argentina, ya que debían sacrificar un mes de vacaciones por el ballet, aunque aun no sabían porque, habían sido convocados por el coreógrafo como el resto de los bailarines.
Pedro llevo a Paula a la playa, para suerte de ambos, no había demasiada gente ahí, pusieron una tela en la arena, y decidieron pasar su ultima velada ahí, a la luz de la luna. Luego de cenar y disfrutar de aquella noche volvieron al hotel para descansar un rato hasta el día siguiente.
Despertaron y muy a pesar de los dos, prepararon todo, para luego desayunar y despedirse de Cancún.
Buenos Aires nuevamente, ellos volviendo al departamento de Pedro, Paula se pasaría ahí la noche, para luego volver al día siguiente a su casa.



***

Lunes cuatro de febrero, la mayoría de vacaciones, otros trabajando y ellos comenzando con la rutina, cada uno por su lado, en sus casas. Para luego emprender al mismo lugar, el teatro.
Ambos llegaron, se saludaron con beso, y antes de poder hacer mas, llego el coreógrafo quien pidió a todos, que entraran al salón auditorio, porque daría un aviso, es decir, el porqué de que ellos estuviesen ahí.

-Espero que hayan tenido un descanso en sus cortas vacaciones -comenzó el coreógrafo, el era amigable, pero a la hora de hablar enserio, lo hacía, y lo asumía con total madurez, así se gano el respeto de cada uno de los bailarines-
Porque a partir de mañana trabajar duro, las primeras dos semanas de febrero, todos juntos, quedaran a cargo de dos profesores lo suficientemente capaces de explotar su talento al máximo, y las siguientes dos semanas lo harán solos, cada uno por su lado, cada uno tendrá su horario y lugar, que pondremos nosotros y próximamente se enterarán, en el cual ustedes mismos se crearan una asombrosa coreografía, estilo libre, en la que demostraran su imaginación y talento por si solos, frente a cinco representantes de cinco Ballet Nacionales de cinco países de Europa, serán seleccionados cinco bailarines hombres y cinco mujeres para ir por un año o inclusive mas, a formar parte del ballet. -todos en silencio, prestando la debida atención, pero a medida que el coreógrafo iba dando más información las facciones del rostro de todos iba cambiando, algunos con asombro, otros con felicidad, y otros con temor, como demostraba exactamente el rostro de Paula, y también el de Pedro- Es una oportunidad que no a muchos se las presenta, y creo que no la deberían desaprovechar, ustedes mismos saben lo que eso significa. -siguió- mañana comienzan las clases a partir de las ocho, hasta las doce. Espero que den lo mejor de sí todos. Son treinta aquí, y solo se irán tres. -dijo y dio por terminada la reunión-

Los ojos de Pedro y Paula se encontraron por primera vez desde que el coreógrafo comenzó a hablar. Y lo que más se notaba en sus ojos era preocupación. Ambos salieron del salón auditorio, en silencio, tomados de las manos, y se sentaron en el primer banco libre que encontraron en el teatro.

Paula: que pasa si uno queda y el otro no? -dijo ya no aguantando el silencio, y la angustia que llevaba-
Pedro: eso no va pasar -dijo el tratando de sonar convencido, aunque no lo estaba- no nos vamos a separar, dalo por hecho -dijo con firmeza y ella negó con la cabeza a punto de derramar una lágrima-
Paula: tengo miedo -dijo y el no dudo en abrazarla-
Pedro: no pensemos en eso, demos lo mejor de nosotros, yo se que podemos, y vamos a estar juntos -dijo el agarrando de sus mejillas para darle un beso-

***

Mas de un mes había pasado, ellos despertándose juntos en el departamento de Pedro, ya que así lo habían decidido, hoy era el día de aquella audición, y aunque ninguno había hablado del tema desde el primer día que se enteraron de ella, ambos tenían miedo de lo que podía llegar a ocurrir. Paula se despertó primero, hizo el desayuno y mientras esperaba que las tostadas estuviesen listas se quedo pensando en eso que la carcomía desde hace semanas, el que pasaría de ellos, como seguiría todo, la saco de sus pensamientos un suave beso en sus cuellos que la hizo estremecer. Giro y enrollo sus brazos en el cuello de el, para luego dejar un cálido beso en sus labios.

Pedro: algo me dice que esa cabezita maquina mucho -dijo el, con su frente pegada a la de ella-
Paula: te amo -dijo besándolo, esquivando su comentario-


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