sábado, 2 de marzo de 2013

Capítulo 97.


Sábado, tanto ella, como él, querían pasarla juntos y bien.

Ambos despiertos, con cara de dormidos, los ojos achinados, dedicándose simplemente sonrisas ¡que hablaban por si solas! …

Pedro: sos tan linda recién despierta –dijo él, acariciando su mejilla, rompiendo aquel ¡maravilloso! silencio que reinaba entre ellos-
Paula: me das paz –dijo ella y él no se resistió, y la beso con mucho amor- te amo –volvió a decir ella en los escasos segundos en que  los labios de él no impactaran con los suyos-
Pedro: yo mucho más mi amor –dijo él y volvió a besarla, esta vez situándose arriba de ella, a medida que iba desasiéndose de la remera que la misma llevaba puesta, dejando cálidos besos en sus labios, bajando a su cuello, acariciándola, amándola, como ella a él.
Y de tantas maneras lindas de comenzar el día, ellos la hicieron así, entregándose el uno al otro, con amor, mucho amor.
Horas después en la cama entre mimos y “te amo” pronunciado de ambas partes, los dos decidieron bañarse y salir a comer, era pasado el medio día, otra cosa no podían hacer, y así lo hicieron.

Optan por ir a un restobar de ahí cerca y luego de almorzar entre risas y besos vuelven al departamento para decidir ahí como  seguiría su tarde juntos.

Y a Paula no se le ocurrió otra idea mas que ir al cine, y Pedro aceptó sin problema alguno, listos, juntos, partieron al lugar correspondiente y una vez ahí decidieron entre todas las películas en cartelera, ver “Lo Imposible”.

Con entradas, pochoclos, gaseosas, y chocolates (Paula se había dado un permitido y lo hizo bien) en mano fueron a esperar para cuando comience la película.

Horas después se encontraban saliendo de la sala donde había visto aquella película, Paula con los ojos rojos y llorosos, era muy sensible y la película un tanto fuerte.

Paula: y aún no puedo creer que sea verídico –dijo inocente en su asombro-
Pedro: -abrazándola por la espalda- es increíble, triste, pero real –dijo este depositando un beso en su mejilla- sos sensible eh gordita –dijo gracioso y ella rió-
Paula: tonto –le pego suave en el hombro- sigo en shock –dijo graciosa-
Pedro: loquita –le robo un beso-
Paula: shu –dijo escondiéndose en su cuello-

Pasaron el resto de la tarde juntos, disfrutándose de ellos, de estar juntos.
Ya oscureciendo, se despidieron un largo rato, para que luego de risas (por tan excesiva despedida) Pedro al fin deje entrar a Pau a su casa, y el emprender a la suya.


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