Sábado, tanto ella, como él, querían pasarla
juntos y bien.
Ambos despiertos, con cara de dormidos, los ojos
achinados, dedicándose simplemente sonrisas ¡que hablaban por si solas! …
Pedro: sos tan linda recién despierta –dijo él,
acariciando su mejilla, rompiendo aquel ¡maravilloso! silencio que reinaba
entre ellos-
Paula: me das paz –dijo ella y él no se resistió,
y la beso con mucho amor- te amo –volvió a decir ella en los escasos segundos
en que los labios de él no impactaran
con los suyos-
Pedro: yo mucho más mi amor –dijo él y volvió a
besarla, esta vez situándose arriba de ella, a medida que iba desasiéndose de
la remera que la misma llevaba puesta, dejando cálidos besos en sus labios,
bajando a su cuello, acariciándola, amándola, como ella a él.
Y de tantas maneras lindas de comenzar el día,
ellos la hicieron así, entregándose el uno al otro, con amor, mucho amor.
Horas después en la cama entre mimos y “te amo”
pronunciado de ambas partes, los dos decidieron bañarse y salir a comer, era
pasado el medio día, otra cosa no podían hacer, y así lo hicieron.
Optan por ir a un restobar de ahí cerca y luego
de almorzar entre risas y besos vuelven al departamento para decidir ahí
como seguiría su tarde juntos.
Y a Paula no se le ocurrió otra idea mas que ir
al cine, y Pedro aceptó sin problema alguno, listos, juntos, partieron al lugar
correspondiente y una vez ahí decidieron entre todas las películas en cartelera,
ver “Lo Imposible”.
Con entradas, pochoclos, gaseosas, y chocolates
(Paula se había dado un permitido y lo hizo bien) en mano fueron a esperar para
cuando comience la película.
Horas después se encontraban saliendo de la sala
donde había visto aquella película, Paula con los ojos rojos y llorosos, era
muy sensible y la película un tanto fuerte.
Paula: y aún no puedo creer que sea verídico –dijo
inocente en su asombro-
Pedro: -abrazándola por la espalda- es increíble,
triste, pero real –dijo este depositando un beso en su mejilla- sos sensible eh
gordita –dijo gracioso y ella rió-
Paula: tonto –le pego suave en el hombro- sigo en
shock –dijo graciosa-
Pedro: loquita –le robo un beso-
Paula: shu –dijo escondiéndose en su cuello-
Pasaron el resto de la tarde juntos, disfrutándose
de ellos, de estar juntos.
Ya oscureciendo, se despidieron un largo rato,
para que luego de risas (por tan excesiva despedida) Pedro al fin deje entrar a
Pau a su casa, y el emprender a la suya.
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Hermoso capíyulo Fati. Subí pronto. Un beso enorme. @Piyueliitaspyp
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